martes, 24 de febrero de 2015

José García

Rompes el silencio del amanecer
cuando la ciudad se sumerge
en profunda calma.
Sobre la gran mole de cemento
tus piés adivinan la rutina,
con piel curtida y soñoliento
cabizbajo caminas,
portando sobre tus callos
energias para el rendimiento.
Penetras en un mundo
de tinieblas,
marcas tu preséncia
en una ficha,
controlando paso a paso
tu pensamiento,
te anulan cerebral
aunque no física.
 








El sol se ocultó entre montañas
y tú oculto aún entre neblina,
de nuevo,satisfecho,oirás el canto
de la sirena que te atraen al tiburón...
Ahogarás en vino tu miséria,
los lamentos ahogados por un grito,
caldos de sudor y del olvido,
bienestar en vidrio de etiqueta.
Cerrando las puertas al desahogo
marcharás lentamente a la guarida,
tu descendéncia vive de los sueños
en risueña esperanza de la vida.
En un lecho de indiferéncia
insatisfecha te espera
aquella cual compañera
llenabas de deseo
y ahora...de paciencia.
Caes como soldado herido
en el campo donde plantas,
la fría noche te ha vencido,
pero antes que el día
te levantas.

Escrito dedicado a todos los "José Garcia",artífeces reales de los años 70 y 80 de la mal llamada sociedad del bienestar.



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